Para nosotros, viajar no se trata únicamente de ver lugares maravillosos, sino también de sumergirse en la cultura local. Japón, y especialmente Tokio, tiene muchas actividades diversas por realizar. Algunas de ellas tan peculiares como el Robot Restaurant, un restaurante donde cenas mientras ves una pelea de robot. Y es que cuando pensamos en Japón, enseguida nos viene a la cabeza palabras como tecnología, modernidad o robots. Pero Japón también es tradición. Por eso os recomendamos dedicar una mañana o tarde de vuestro viaje a realizar alguna actividad tradicional, donde podáis aprender más sobre la cultura y la historia del país.
Hace unas semanas tuvimos la oportunidad de asistir a una clase de kendo, y la experiencia nos encantó tanto, ¡que la recomendamos a todo el mundo! Practicar kendo no es quizás una experiencia muy popular entre los turistas si lo comparamos con una ceremonia del té o llevar un kimono y nos gustaría cambiar eso. En este articulo os vamos a compartir nuestra experiencia y nuestra opinión. ¡A ver si al acabar a vosotros también os entraran ganas de practicar kendo!

Para los que no estéis familiarizados con esta palabra o no sepáis que es el kendo, el kendo (剣道) es un arte marcial japonés en el que se usa un sable de bambú o shinai. El nombre significa literalmente «camino del sable«- ken(剣) significa sable / espada y dō(道) significa camino o vía-. Se dice que el kendo nació como entrenamiento para los samurais, ya que entrenar con espadas de verdad era demasiado peligroso.
El bōgu o armadura
Después de las presentaciones iniciales, y antes de comenzar con la práctica en sí, lo primero fue explicarnos un poco sobre la historia y las características del kendo y vestirnos con las ropas adecuadas.
La armadura utilizada en el kendo se conoce como bogu y consiste en cinco piezas: una para proteger la cabeza (men), otra que protege el abdomen y el tórax(do), dos protectores de mano y antebrazo (kote) y un protector para la parte pélvica (tare). Pero obviamente, no podemos utilizar únicamente esto. Debajo del bogu hay que colocarse unos pantalones de anchos pliegues, conocidos como hakama y una especie de chaqueta de algodón grueso llamada kendogi (es similar a la parte de arriba de los uniformes de otras artes marciales como el karate pero en azul). Por último, en la cabeza se utiliza un pañuelo para absorber el sudor y evitar roces del casco.
Lo cierto es que aunque ya había visto previamente el uniforme que usan para practicar kendo y me gustaba mucho, al no estar acostumbrada al principio me costo moverme con él. Además era verano, hacia bastante calor, y la ropa es bastante pesada y gruesa. ¡Pero yo me sentía como si fuera el mismísimo Ruroni Kenshin y estaba muy feliz!
Una vez ya con la equipación adecuada, el siguiente paso es ir al centro y sentarte, y presentarle tus respetos a tu maestro. En el fondo de la sala hay un pequeño altar, ya que también hay que presentar tus respetos a los dioses. Una vez has realizado este proceso, puedes empezar con tu práctica de kendo.
El entrenamiento
Para mi desgracia, en cuanto comenzaron las clases, descubrí que estaba bastante lejos de parecerme a Kenshin. Primero me explicaron los tres movimientos más básicos y como golpear. Y luego el profesor me dejó que le golpeara…o que lo intentara. Tengo que admitir que no se me dio muy bien. Y es que aunque desde fuera puede parecer fácil, no lo es en absoluto. Tenia que golpear en tres partes: do, kote y men (podéis ver que partes son en la imagen que hemos dejad arriba sobre las diferentes partes del uniforme).
Como mis intentos de golpear estaban siendo un fracaso, intento enseñarme golpeándome a mi. ¡Tranquilos! Asusta un poco cuando te van a golpear la cabeza, pero es 100% seguro. A continuación, hicimos un simulacro de combate. Y sí, como podréis adivinar, perdí estrepitosamente.
Hubo una última actividad que fue la que más divertida me pareció, pero esta me la voy a guardar en secreto para que sea una sorpresa cuando vayáis 😉
Curiosidades sobre el kendo
Para que no fuera todo únicamente práctico, durante la actividad también nos fueron explicando algunas cosas sobre el kendo. Por ejemplo, ¿sabíais que se puede practicar desde los 2-3 años hasta más de los 80?
Os dejamos un vídeo de un combate entre personas de más de 60 años.
Otra cosa que nos sorprendió bastante, es que en el kendo esta prohibido celebrar cuando ganas a tu oponente. Si el ganador hace algún gesto de celebración o felicidad (como los típicos gestos que se hacen en partidos de fútbol, tenis, etc), queda eliminado. Esto es porque cuando se usaban espadas de verdad, vencer a tu oponente significaba que él moría. Por eso aún hoy en día, se considera irrespetuosos celebrar tu victoria.

La sala de entrenamiento
Por último, os queremos enseñar algunos detalles de la sala de entrenamiento. Por cierto, como viene siendo costumbre en Japón, hay que acceder descalzo. Así que os recomendamos llevar unos calcetines limpios y bonitos. Y si vais en verano y lleváis algo tipo sandalias, llevad unos calcetines en el bolso para poder realizar la actividad.
Por cierto, puede que os cueste encontrar el lugar. A nosotros Google Maps nos mandó a una calle que estaba al lado, pero no era el lugar correcto,. También, al principio tuvimos dudas de si ese era el lugar o no. Así que os dejamos una foto de la entrada para que no os pase lo mismo.
Nuestra opinión
Y hasta aquí nuestra experiencia. ¿Que os ha parecido? ¡A nosotros nos encantó! Después de varios años en Japón, personalmente he probado distintas actividades. Y puedo decir que hasta la fecha, esta ha sido mi favorita y la que más me ha gustado. Quizás porque ya de antes me gustaban las artes marciales y el kendo. Es cierto que no es tan económica quizás como otras actividades más sencillas, como ir a una ceremonia del té, pero creo que el precio esta más que justificado y que merece mucho la pena para tener una experiencia completa en tu viaje a Japón.
Aunque resulté ser bastante mala en el kendo, y mi maestro tuvo que tener mucha paciencia conmigo, yo me lo pase muy bien. Incluso me llegué a plantear apuntarme a clases semanales y no dejarlo en una experiencia de un único día. ¡Muchas gracias por permitirme tener esta magnifica experiencia!
¡Muchas gracias por todo!
ありがとうございました!