El Parque de Nara puede presumir de ser uno de los lugares más espectaculares de Japón. Las autoridades niponas lo califican como uno de los «lugares de mayor belleza escénica» del país, que destaca especialmente por lo más de 1.200 ciervos salvajes que deambulan libremente por la zona. Clasificados como ‘Monumento Natural‘, interactúan con la gente con total normalidad… tanto, que los seres humanos los estamos matando a base de plástico.
A pesar de ser animales salvajes, la naturalidad con la que se integran en el paisaje entre humanos los convierte en una fotografía ideal para el turista, quien suele aprovechar para darle de comer y, de paso, hacerse una instantánea con estos impresionantes animales. Pero no cumplir con las recomendaciones está provocando que muchos animales estén falleciendo por la ingesta masiva de los plásticos que envuelven la comida.

Desde el mes de marzo, nueve ciervos de Nara han muerto como consecuencia por comer estos envases descontroladamente. Tras su fallecimiento, las autopsias realizadas a los animales han descubierto enormes cantidades de este material en sus estómagos, lo que ha provocado que las autoridades niponas hayan vuelto a insistir en la prohibición de dar a los animales cualquier comida que no sean galletas ‘senbei‘, que se venden en tiendas locales y no tienen envoltorio de plástico.
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El turista acude con cualquier tipo de alimento en bolsa de plástico. Para conseguir la confianza del animal, decide dales de comer y, cuando están tranquilos junto a ellos, realizan la fotografía. Hasta ahí, todo relativamente bien. Pero el problema viene cuando el turista decide tirar la bolsa a las papeleras, pues ese tipo de envase -contenga ya comida o no- guarda el olor del alimento, lo que provoca que el ciervo decida comérselo sin saber que es un plástico.
La ingesta masiva de este tipo de envases ha provocado la muerte de 9 ciervos en cuestión de tres meses. Según la agencia local de noticias Kyodo, uno de los animales llegó a comerse 4,3 kilos de plástico, lo que ha dado lugar a que las autoridades vuelvan a avisar del peligro de estos envases: «Los ciervos que murieron estaban muy delgados, incluso se les notaban los huesos«, asegura Rie Maruko, veterinario local. «Por favor, no les dé nada más que las galletas ‘senbei’«, suplica en Kyodo.
Las autoridades japonesas temen que, en los próximos meses, sigan produciéndose este tipo de muertes, pues el incremento del turismo en la región de Nara ha sido exponencial en los últimos años. En el último año, 2,09 millones de visitantes acudieron a uno de los parques naturales más espectaculares de todo Japón, un aumento de casi diez veces en cuestión de una década. Pero los ciervos están muriendo por culpa del plástico y, la culpa, es de los seres humanos.