Crimen en Japón

Corte de apelación de Japón confirma pena de muerte para la viuda negra

Una corte japonesa de apelaciones confirmó la pena de muerte para la mujer apodada «la viuda negra», que usaba cianuro para matar a amantes ricos y viejos con el fin de embolsarse millones en herencias y seguros de vida.

El Tribunal Supremo de Osaka rechazó una apelación de Chisako Kakehi, de 72 años, para que revocara la pena de muerte mediante la horca por el asesinato de tres hombres y el intento de asesinato de otro, en un caso que conmocionó a Japón.

Kakehi se hizo famosa por usar veneno para liquidar a esos hombres con los que mantenía relaciones, lo que le valió comparaciones con la araña que mata a sus parejas después de la cópula.


El tribunal «rechazó la apelación» de los abogados defensores, según un portavoz. Sus abogados lanzaron una apelación final, según la agencia de noticias local Jiji Press.

La septuagenaria mataba a sus amantes tras haber procurado que la designaran como heredera de su patrimonio tras su muerte.

En más de una década logró amasar una fortuna de 1.000 millones de yenes (unos 8,7 millones de dólares, 8,2 de euros) al cobrar los seguros de vida de sus cónyuges y heredar sus bienes inmobiliarios y depósitos bancarios, según la prensa japonesa.

‘Moriré con una sonrisa’

Desde la muerte de su primera pareja en 1994 a causa de una enfermedad, mantuvo relaciones con una decena de hombres, de los cuales seis fallecieron, según los medios locales.

Kakehi se casó con cuatro de ellos a los que había conocido mediante agencias matrimoniales que le presentaban, a petición suya, hombres mayores, ricos, sin niños y que vivieran solos.

Se halló cianuro en los cadáveres de al menos dos de sus excónyuges, y los investigadores encontraron restos de veneno en los cubos de basura de su casa en Kioto.

En otro piso que tenía en la misma ciudad, la policía vio material para administrar medicamentos y libros de medicina.

Durante el juicio, la acusada había defendido su inocencia en un primer momento, antes de negarse a hablar. Sin embargo, en julio de 2018, sorprendió a todo el mundo al confesar el asesinato de su cuarto esposo en 2013.

Lo maté (…) porque le daba decenas de millones de yenes a otras mujeres, pero a mí no me daba nada“, dijo al tribunal, según la agencia de prensa Jiji.

Más tarde declaró ante los jueces que estaba lista para afrontar la pena de muerte. “Aunque me ejecuten mañana, moriré con una sonrisa“, aseguró.

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