El 3 de febrero en Japón, se celebra el Setsubun no Hi (節分の日).
Originariamente setsubun (節分) era una palabra que significaba ‘el último día de cada estación’ (el día que separa una estación de la otra). Con el tiempo se acabó convirtiendo únicamente en el último día del invierno, que según el calendario lunar, es el 3 de febrero (antiguamente se celebraba el 4).
Los japoneses tenían la creencia de que en el cambio de las estaciones aparecían los “oni” (鬼), un tipo de criatura del folclore japonés, similares a los demonios u ogros occidentales. Para ahuyentar a esos demonios lo que se hace es tirar semillas de soja seca mientras gritas ‘鬼は外、福は内!’ (Oni wa soto, fuku wa uchi) que significa ‘Demonio fuera, fortuna dentro’.
Antiguamente el setsubun se celebraba cuatro veces al año con el cambio de las cuatro estaciones. Actualmente se celebra únicamente una vez al año, con la llegaba de la primavera y para despedir el invierno.
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A esta tradición se le llama Mame-maki (豆まき)y significa literalmente eso, “tirar granos de soja”. Se hace principalmente dentro de casas, escuelas y templos. En las casas suele ser habitual que el padre se ponga una mascara de oni y actué como tal para divertir a los niños. En los colegios son los profesores los que hacen de oni.
Los días previos al setsubun en los supermercados hay una sección especial para los granos de soja preparados en paquetes especialmente para este día. Estos paquetes de granos de soja suelen llevar una máscara de oni como regalo. Los granos de soja no únicamente sirven para tirarlos a los demonios, sino que la tradición también dicta que tienes que comerte tantos granos como años tienes para atraer la buena suerte y tener un año saludable.
A finales de los años 70 apareció una nueva tradición la noche que se celebra el setsubun. Esta nueva tradición consiste en comer lo que se conoce como Ehô-maki (恵方巻き). El ehô-maki es un maki-sushi que se come mirando hacia la dirección ‘Ehô‘ para traer suerte durante este año. Para que os hagáis una idea, es como un rollo gigante de maki. De hecho es exactamente como el rollo que luego se corta en partes más pequeñas para hacer los makis.
La dirección ‘Ehô‘ no es una dirección fija, sino que cambia cada año, y el ehô-maki se tiene que comer de una sola vez, sin hacer pausas y sin cortarlo para que no se corte la buena suerte. Los ingredientes también tienen un significado especial. Está enrollado con alga nori y relleno con siete ingredientes que representan a los sietes dioses de la fortuna de Japón: tortilla japonesa, setas shiitake, zanahoria, calabaza, pepino, tofu y anguila.
Aunque esta tradición empezó originariamente en la región de Kansai (Osaka, Kioto, etc) actualmente se ha extendido por todo el país y este día es habitual ver ‘ehou-makis‘ y publicidad sobre ello en todos los supermercados y konbinis de Tokio.
Otra tradición que ya ha caído en desuso es la de colgar en la entrada de las casas cabezas secas de sardinas en ramas de acebo durante el anochecer. Esto es por una vieja creencia según la cual los malos espíritus pueden ser ahuyentados con el mal olor producido al quemar cabezas de sardinas secas y los ojos saltones de las sardinas mirándoles.
¿Que os parece esta tradición? A mi me resultó bastante curiosa la primera vez que me la explicaron y queria compartirla con vosotros 🙂