Keio Plaza Hotel Tokyo, uno de los hoteles internacionales más prestigiosos de Japón ubicado en Shinjuku, ofrece a los visitantes extranjeros y huéspedes de su hotel la oportunidad de experimentar una autentica ceremonia tradicional de té japonés (茶道) en su sala de ceremonia del té «Sho-fu-an» desde abril de 2016.
Hace unas semanas tuvimos el placer de que nos invitaran a participar en una de las ceremonias del té que realizan en su hotel. Hoy queremos compartir con vosotros nuestra experiencia.
Nuestra maestra del té fue una adorable señora con un inglés muy bueno y gran sentido del humor, llamada Yano. La señora Yano nos dio explicaciones detalladas de los diversos utensilios y prácticas tradicionales. También nos explicó la historia de esta tradición japonesa.
La historia
La ceremonia del té es algo que se lleva haciendo desde hace muchos años, y aunque ahora es una práctica mayoritariamente femenina no siempre fue así. Esta ceremonia se inventó como algo para los hombres, más concretamente, los samurais. Las mujeres tenían prohibida le entrada. Era un lugar donde poder descansar tranquilos y donde todos eran iguales, daba igual el rango. Una vez entraban en la sala el samurai de rango más bajo o el mismísimo shogun eran iguales. Es curioso como han cambiado las cosas. Actualmente al hablar de esta ceremonia lo primero que viene al imaginario colectivo es una elegante mujer japonesa en kimono.
El recinto
La sala de ceremonia del té japonés, llamada «sho-fu-an«, se encuentra en el piso 10 de la Torre Principal. Al entrar veréis a mano derecha un amplio espacio con unas banquetas para sentarse y una mesa. A mano izquierda encontrareis una especie de pequeña casa antigua. Antiguamente las salas para la ceremonia del té se encontraban dentro de algunas casas de gente de alto rango. Dentro de esta sala tenemos una reproducción de lo que seria únicamente una parte de la casa, la correspondiente a la sala para la ceremonia del té. Hay un camino de piedra que lleva a una pequeña puerta y una piedra con un surtidor de agua.
Lo primero que hay que hacer es purificarte según un ritual. Este ritual en realidad es el mismo que se realiza a la entrada de los santuarios japoneses. Para ello tienen un cuenco de piedra (tsukubai) delante de la casa, en un pequeño rincón. Primero agarramos un cazo de madera (chōzubachi) con la mano derecha y nos echamos agua sobre la mano izquierda. Segundo repetimos el procedimiento pero agarrando el cazo con la mano izquierda y echando agua sobre la derecha. Luego volvemos a agarrar el cazo nuevamente con la mano derecha y echamos un poco de agua sobre la mano izquierda para enjuagarnos la boca. Es importante no beber el agua en ningún momento. Una vez te has lavado la boca, escupes el agua en la fuente.
Es importante poner el cucharón completamente en vertical para verter el agua sobrante. Luego debemos colocar el cucharón de madera de acuerdo con el clima de ese día. Si está lloviendo, debes poner el cucharón mirando hacia abajo y hacia arriba si es un día soleado.
Luego, nos quitamos el calzado y entramos en el salón de té . A la casa de té se entra por una pequeña puerta corredera ubicada en un lateral(nijiri-guchi), y se tiene que entrar agachado. La maestra Yano nos explicó que el salón de té es un lugar sagrado donde todos tenían que entrar desarmados. Este tipo de puerta hace completamente imposible entrar con una katana o cualquier otro tipo de espada. Tienes que quitarte los zapatos justo antes de entrar y colocar las rodillas en el tatami (primero una y luego otra). Luego te das la vuelta, coger los zapatos y los dejas en la salida, mirando hacia afuera. Luego tienes que moverte hasta tu sitio «arrastrándote» de rodillas. Pones ambas manos en el lateral y te impulsas para deslizarte. Con ropa occidental no tiene tanto sentido pero con kimono resulta más práctico. Además es una manera de mostrar respeto, y nuestra anfitriona siempre se desplaza mirándonos directamente. Si tiene que retroceder, hace el mismo movimiento pero hacia atrás y sin darnos la espalda en ningún momento.
La sala de té se considera una sala pequeña (koma) con cuatro tatamis y medio. Lo primero que llamó nuestra atención al entrar fueron los artículos colocados en el tokonoma y el equipo de té colocado en la habitación. El tokonoma es un pequeño hueco en la habitación con un pergamino zen colgado y flores de temporada. El pergamino colgante dice «Una vez en la vida», que es adecuado para este caso en el que nuestra experiencia con el té es probablemente una oportunidad única en la vida.
La ceremonia
El té verde es muy amargo, así que en estas ceremonias lo primero que hace la anfitriona es repartir un dulce tradicional japonés. Este dulce suele estar hecho principalmente de judía roja (anko). Los reparte sobre un papel llamado kaishi. Estos dulces se parten primero con un palillo especifico (yōji) y luego se comen usando ese mismo palillo (tienes que pincharlo con el palillo).
Os advertimos de que estos dulces son, valga la redundancia, extremadamente dulces. Incluso demasiado para mi gusto.
Primero se asegura de que todos los utensilios que va a utilizar estén limpios. Por si acaso tienen polvo los repasa con un pañuelo rojo llamado fukusa. Los revisa con calma uno por uno a la vez que los va colocando en orden para poder usarlos a continuación.
Una vez se ha asegurado de que todo esta limpio, prepara el té. Algo que quizás algunos no sabéis es que él té verde es en polvo. Con una pala de madera que se curva en la punta a modo de cuchara (chashaku) hecha el té en polvo en el tazón para el té (chawan). Luego con un cazo de madera coge agua caliente del recipiente que tiene delante y la vierte en el tazón.
Entonces lo bate con una escobilla de madera hecha específicamente para batir el té (chasen) hasta que finalmente esta listo y lo sirve a la primera persona, que es la que esta colocada más cerca de ella.
Al servir el té lo hace colocando el lado que tiene un grabado o imagen mirando al invitado. Tienes que tomar el tazón con la mano derecha, lo pones en la palma izquierda y luego lo sujetas con la mano derecha manteniendo el pulgar en frente. A continuación tienes que girar el tazón dos veces hasta colocar la imagen mirando hacia el exterior.
El que recibe el té tiene que mirar a la persona situada a su izquierda y decirle «O saki ni choudai shimasu« (お先に失礼致します). Esta frase es para pedir disculpas por beber antes que él. Obviamente, la persona que bebe en último lugar no tiene que decir esto, sino otra frase (que lamentablemente ahora no consigo recordar).
Por último todos agradecemos a nuestra maestra del té por el té que nos ha servido, y ella limpia los tazones con agua caliente que luego echa en otra jarra.
Y esta fue nuestra experiencia. Después de terminar hablamos unos minutos con la señora Yano y nos despedimos de ella. Aunque a primera vista, dado lo lujoso del hotel, pueda parecer que participar en esta experiencia va a resultar costoso, en realidad es muy económico. Cuesta 2.000 yenes (unos 18 dólares o 16 euros). Aquí os dejamos los datos por si vosotros también queréis experimentar una autentica ceremonia del té japonesa.
Información
- Fechas: Todos los días, excepto los jueves, domingos y los días en que la habitación ha sido reserva.
- Hora: Sesión1: 11:00h – 11:30h
Sesión 2: 14:00h – 14:30h
Sesión 3: 15:00h – 15:30h
Sesión 4: 16:00h – 16:30h (Nota: La capacidad de cada sesión es de 4 personas.) - Precio: 2.000 yenes (Té y dulces japoneses, impuestos y cargo por servicio).
- Lugar: Sala de ceremonia del té japonés «Sho-fu-an» en el piso 10 de la Torre Principal.
- Consultas / Reservas: Si queréis reservar podéis hacerlo aquí.
Estamos somos nosotras con nuestra amable maestra del té, la señorita Yano. Nuevamente, queremos agradecer al Keio Plaza Hotel su amabilidad por invitarnos y permitirnos disfrutar de esta experiencia. ¡Si vosotros os animáis a ir, estaremos encantados de ver vuestras fotos y escuchar vuestra experiencia!
Por ultimo si quieres alojarte en el Keio Plaza puedes reservar desde aquí.
POST PATROCINADO
Queremos dejar constancia a los lectores de Japón and More que éste es un post patrocinado por el Hotel Keio Plaza. Sin embargo, la opinión sobre los productos y la empresa es total y sinceramente personal.