Los rescatistas siguen luchando para encontrar a docenas de personas desaparecidas después de que lluvias torrenciales devastaron partes del oeste de Japón, con inundaciones y deslizamientos de tierra que dejan por el momento 157 muertos.
Los esfuerzos de búsqueda continuaron en las zonas más afectadas de Hiroshima y Okayama, así como en otras prefecturas, con docenas de personas aún desaparecidas más de 72 horas después del desastre, consideradas un período crucial después del cual las posibilidades de encontrar víctimas atrapadas con vida disminuyen significativamente.
Un total de 157 personas fueron confirmadas muertas en 12 prefecturas y alrededor de 60 permanecen desaparecidas en siete prefecturas.
De acuerdo con la Agencia de Manejo de Incendios y Desastres, más de 10,000 personas en 15 prefecturas habían sido evacuadas a refugios a partir de la 1 pm del martes.
Los aguaceros provocaron deslizamientos de lodo y dejaron casas inundadas en una amplia zona, principalmente desde el viernes por la tarde hasta el sábado temprano, con el número de muertes debido a fuertes lluvias.
Los rescatistas intensificaron los esfuerzos de búsqueda en las prefecturas de Okayama e Hiroshima, donde más de 100 personas murieron y varias personas desaparecieron.
Cerca de 1.000 rescatistas buscaron a personas aisladas en sus hogares y registradas en áreas inundadas de la ciudad de Kurashiki, Prefectura de Okayama.
En el distrito de Mabi de Kurashiki, una de las zonas más afectadas, el gobierno de la ciudad emitió una orden de evacuación para los residentes en partes del distrito, minutos antes de que ocurriera el primer colapso en la orilla del río.
El Ministerio de Tierras, Infraestructura, Transporte y Turismo confirmó los colapsos de los ríos en tres localidades de la zona.
Una nueva orden de evacuación fue emitida el martes para los residentes en la ciudad de Fuchu, en la prefectura de Hiroshima, después de que el río Enoki que atravesaba la ciudad se desbordó después de que madera a la deriva bloqueó su flujo.
Koji Tsunomori, de 54 años, perdió a su esposa Nana de 44 años, con quien se casó hace unas tres semanas, en un deslizamiento de tierra en la ciudad de Kumano en Hiroshima. Sus dos hijos, de 13 y 2 años, y la madre de 71 años de su esposa todavía están desaparecidos.
«¿Por qué no le dije que evacuara?» dijo, lamentando que le dijera a su esposa que no se preocupara por la intensificación de la lluvia cuando la contactó por última vez a través de la aplicación de mensajería en línea, el viernes por la noche.
Encontró un muñeco de peluche que le regaló al hijo menor cerca de su casa destruida el espera encontrar a los miembros restantes de su familia, mientras los rescatistas continúan excavando en la zona.
Los evacuados reciben otro golpe en medio del calor abrasador en el país, y muchos no pueden ducharse ni obtener medicamentos.
Kiyohiro Horibe, de 68 años, una de las alrededor de 40 personas que se refugia en un centro de salud pública en la ciudad de Higashihiroshima, dijo que había estado allí durante cuatro días con la perspectiva de regresar a su hogar en medio del riesgo de nuevos derrumbes.
«Me duele la parte baja de la espalda» por dormir en una estera, dijo, y agregó: «No quiero continuar con este tipo de vida«.
Durante una reunión de la unidad de respuesta a crisis del gobierno en Tokio el martes, el primer ministro Shinzo Abe se comprometió a proporcionar rápidamente alivio de emergencia mediante el uso de fondos de reserva sin esperar las solicitudes de los gobiernos locales.
«Evaluaremos las necesidades de las víctimas e impulsaremos una reconstrucción rápida«, dijo Abe.
Para abordar la escasez de alimentos y agua en áreas afectadas por desastres, Abe dijo que los camiones que llevan suministros a tiendas de conveniencia y otros minoristas serán tratados como vehículos de emergencia.
Abe visitará la Prefectura de Okayama hoy miércoles para inspeccionar el daño y evaluar las necesidades de los evacuados, este sera su primer viaje a una de las áreas afectadas.
El secretario en jefe del gabinete, Yoshihide Suga, dijo en una conferencia de prensa que espera que el gobierno use fondos de reserva de alrededor de 2.000 millones de yenes ($ 18 millones).
Aunque el gobierno aún no ha comprendido completamente el alcance del daño, más de 18,000 viviendas se inundaron en 31 prefecturas hasta el martes por la tarde, según la agencia de gestión de desastres.
Se espera que las cifras aumenten sustancialmente ya que las autoridades municipales aún no han terminado de evaluar la magnitud del daño.
Hasta el mediodía del martes, el suministro de agua seguía interrumpido para alrededor de 255,000 viviendas en 12 prefecturas del oeste de Japón, según el Ministerio de Salud.
Los daños agrícolas, forestales y pesqueros alcanzaron los 7.200 millones de yenes, dijo el ministro de Agricultura, Ken Saito, mientras las inundaciones y lluvias devastaron los bosques de las montañas y los arrozales.
Los aguaceros siguieron afectando a las empresas, aunque algunas compañías comenzaron a reanudar las operaciones. Mitsubishi Motors Corp., que reanudó las operaciones en su planta de Mizushima en Kurashiki el lunes, detuvo nuevamente la producción debido a que las familias de los trabajadores se vieron afectadas por el desastre.
Una filial de Toyota Motor Corp. en el sudoeste de Japón dijo que suspenderá parcialmente las operaciones nocturnas en una de sus plantas que fabrican modelos Lexus de alta gama ya que el transporte ha sido interrumpido por la lluvia.
Daihatsu Motor Co., una unidad de fabricación de minivehículos de Toyota, reinició las operaciones en todas sus plantas el martes, incluidas las de las prefecturas de Kioto y Osaka, aunque dijo que podría volver a cerrarlas en función de la adquisición de partes.
